Durante toda la vida, y especialmente en la etapa escolar y en la adolescencia, conviene que el desayuno contenga:

• Algún lácteo, que puede ser un vaso de leche, un yogur ó queso.
• Alimentos del grupo de los cereales, como pan, galletas ó cereales.
• Una pieza de fruta ó zumo, preferiblemente natural.
• Se puede utilizar aceite o margarina acompañando al pan, aunque no es necesario, pues la leche ya aporta grasas.

Especialmente recomendado si el desayuno ha sido escaso, y por supuesto en la etapa escolar:

• Puede ser suficiente con una pieza de fruta ó un pequeño bocadillo.
• Es importante evitar los productos de bollería industrial.
• Conviene recordar que el consumo frecuente o abundante de galletas, bollería, dulces, helados y chucherías puede conducir al sobrepeso a a la obesidad y a las enfermedades relacionadas con ello.

Aunque normalmente se suele improvisar y se tiende a comer cualquier cosa es importante recordar:

• Lo ideal son alimentos nutritivos y no muy energéticos, con el fin de no sobrepasar las recomendaciones de calorías ingeridas por día.
• Al igual que a media mañana, puede consistir en una pieza de fruta ó zumo, leche o yogur ó un bocadillo.
• Evitar los productos de bollería industrial, y con alto contenido de azúcar.

Para mantener el equilibrio entre hidratos de carbono, proteínas y grasas ingeridos, recomendamos:

• Deben de ser alimentos fáciles de digerir: purés, sopa, ensalada o verduras cocidas.
• Evite los fritos y los alimentos con alto índice de materia grasa.
• Sirva como complementos carnes en pequeñas porciones, huevos ó pescado, preferiblemente a la plancha.
• El agua es un componente especial de la vida, representa más de la mitad del peso corporal, y beberla a diario es importante para mantener un adecuado estado de hidratación.